SEMANA 8: Dircoms de Marte
- Anna Pedrón
- 30 oct 2015
- 2 Min. de lectura

El pasado 23 de octubre, tuvimos el honor de tener en la UJI a uno de los directores de comunicación con más prestigio en la actualidad, él es Ítalo Pizzolante. La conferencia, marcada en todo momento por la buena capacidad de comunicar del ponente, comenzó muy fuerte con un vídeo crudo y a la vez enternecedor. Grandes empresarios discuten sobre los temas que más preocupan a sus directores de comunicación, es entonces cuando aparece un niño y coge el micrófono. Ese niño. La crítica, las ganas de crear, las ganas de creer. Símbolo de cambio.
Tras este llamativo inicio que pone a todos en disposición, el experto nos habló de la situación del mercado y del consumo. Destacó el gran compromiso medioambiental que existe en la actualidad y cómo las grandes empresas han tenido que trabajar este aspecto en responsabilidad social corporativa para adaptarse a lo que pide el consumidor y en qué condiciones lo quiere. Esta adaptación, nace de las pretensiones empresariales de obtener siempre más beneficios y no, como debería ser, de las ganas de implicarse por los temas sociales que a todos atañen. Los datos hablan por si solos, 4 de cada 10 usuarios pagaría más por productos con RSC, es decir, la ciudadanía está dispuesta a rascarse el bolsillo en favor del medioambiente o de otros temas sociales preocupantes. Las empresas no, ellas solo buscan la mejor imagen posible para obtener los máximos beneficios.
Además, también ha mencionado los grandes escándalos de empresas multinacionales como Volkswagen o Inditex y ha valorado el trabajo de las nuevas generaciones de nativos digitales en cuanto a la monitorización de este tipo de poder. En otras palabras, ha explicado la importancia que tiene una población crítica, exigente y proactiva a la hora de acabar con las injusticias empresariales. Por otra parte, también ha hecho hincapié en los grupos de interés de una empresa, en su posicionamiento y en las estrategias comunicativas a seguir para preservar la confianza y fidelidad que estos grupos le proporcionan.
Para finalizar y aún dotándoles de más importancia que a nuestra generación, Pizzolante ha hablado de nuestros hermanos pequeños, los auténticos millennials. Ha destacado su adicción a las tecnologías pero no de forma negativa, ya que se puede dar un buen uso aunque sea excesivo. Este buen uso se ve reflejado en la monitorización de todos los sectores de poder, ya que la ciudadanía está siempre pendiente porque quiere un cambio verdadero y real y está harta de la manipulación y del oligopolio económico.
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